¿Neuroarquitectura? Sí, así como lo lees: neuroarquitectura. Descubre con nosotros de qué se trata y cómo puedes armonizar tus espacios con este enfoque de diseño arquitectónico.
Habilitar tu oficina en casa requiere mucho más que escoger un espacio y llenarlo de muebles y elementos decorativos. Debes pensar primero en tu salud y en las condiciones en las que desarrollas tus labores. Toma en cuenta que pasamos 90% de nuestras vidas en edificaciones. Basadas en este hecho, la arquitectura y la neurociencia se unieron para mejorar el entorno de las personas y convertirlo en fuente de bienestar.
Un ambiente que propicie emociones positivas es clave para los resultados de tu trabajo. Si bien no existe una fórmula concreta para aplicar la neuroarquitectura, un buen comienzo es tener en cuenta las cinco áreas del sistema cerebral:
- Sensación y percepción
- Aprendizaje y memoria
- Toma de decisiones
- Emociones
- Movimiento
En este sentido, tienes que cuidar aspectos como la iluminación, el color, las dimensiones y formas del mobiliario y los objetos, y la inclusión de elementos naturales, por sus efectos sobre el comportamiento, los procesos cognitivos y las emociones.
Neuroarquitectura en tu espacio de trabajo
Natalia Gómez, diseñadora y especialista en neuroarquitectura, recomienda buscar la ayuda de profesionales a la hora de adecuar cualquier espacio en casa. Pero si quieres hacerlo tú mismo, debes considerar todas las áreas del sistema cerebral:
Sensación y percepción:
Conocemos el mundo con nuestros sentidos, que a su vez se conectan con nuestro aprendizaje y nuestras emociones. Estas son las recomendaciones de diseño relacionadas con los sentidos:
- Vista: el ritmo circadiano puede alterarse por una mala iluminación de los espacios. En este sentido, la recomendación es aprovechar al máximo la luz natural. Ubica tu escritorio perpendicularmente junto a una ventana para no recibir los rayos de frente ni para que se reflejen en la pantalla del computador.
Utiliza colores mate en las paredes, preferiblemente blanco y tonos de azul, verde y gris. Son colores asociados a paz, tranquilidad y esperanza; también a lo orgánico. En cambio, los tonos brillantes pueden crear “ruido visual” y un estado de exaltación poco favorecedor.
- Oído: los sonidos tienen un papel fundamental en la concentración. Asegúrate de tener un espacio íntimo para tus actividades laborales, lejos de televisores o áreas sociales de la casa. La música puede ser un arma de doble filo: si eres de los que prefieren trabajar con sonido de fondo, asegúrate de que no vaya a ser fuente de distracción. Opta por la música instrumental o por la clásica.
- Tacto: el uso de diferentes materiales y texturas es muy valioso para estimular la percepción. Pueden encontrarse en sillas y escritorios, y en elementos decorativos como cojines, floreros y cuadros; incluso en objetos antiestrés como cubos de Rubik o esferas.
- Olfato: puedes utilizar difusores de aceites esenciales, ambientadores, velas aromáticas, inciensos o cualquier elemento que active tu olfato. Usa fragancias suaves y únicas, pues las mezclas pueden causar malestar. La lavanda, por ejemplo, se recomienda para relajarse.
- Gusto: es común que las personas se hidraten o se alimenten mientras trabajan. Solo asegúrate de tomar tus comidas principales fuera del área de trabajo. Sin embargo, puedes disfrutar de un buen té o café en este espacio, incluso algún trozo ocasional de cacao, que tiene propiedades antioxidantes y antidepresivas.
Aprendizaje y memoria:
Debes estar muy atento a las formas del mobiliario y a los objetos decorativos. Los accesorios redondeados fomentan una mayor actividad cerebral, potencian la imaginación y aumentan la sensación de seguridad. Se recomiendan los escritorios con puntas redondeadas y sin filos pronunciados, así como los objetos esféricos y de puntas redondas.
Tanto el aprendizaje como la memoria se estimulan con herramientas tecnológicas como agendas o tableros electrónicos. Si tu trabajo no amerita mucha tecnología, puedes emplear una pizarra o un tablero de ideas y tareas.
Toma de decisiones:
Un espacio de trabajo ordenado es vital. Si mantienes tu escritorio libre de objetos innecesarios o no vinculados a tus labores (como llaves, vasos, etc.), evitas perder tiempo en esas decenas de microdecisiones que ocupan gran parte de nuestra jornada laboral. Cuando ordenas tu espacio de trabajo simplificas las opciones y automatizas las decisiones.
Organiza el espacio por categorías y funciones: dispón un tarro para marcadores, otro para lápices y esferos; una bandeja para agendas y cuadernos, un tablero con la lista de tareas… Cuantas más ayudas incorpores a tu espacio, más fácil será tu trabajo y te concentrarás en las decisiones importantes.
Elimina todos los elementos distractores o que puedan afectar tus decisiones y dispón tu espacio para que esté dedicado completamente al trabajo. Una recomendación útil es limpiar y organizar tu espacio al comenzar y al terminar tu jornada, todos los días o al menos tres veces por semana.
Emociones:
Tu espacio de trabajo debe ser fuente de satisfacción y bienestar. Sigue las recomendaciones anteriores y personalízalas: combina los colores, las fragancias y los objetos decorativos que te hagan feliz.
Otro ingrediente para estimular tus emociones es la biofilia, es decir, la conexión instintiva entre las personas y otros seres vivos. Se ha descubierto que las plantas (incluso los afiches de paisajes) pueden reducir el estrés y mejorar la concentración. Así que incorpora elementos naturales en tu estación de trabajo.
Movimiento:
La dopamina es la sustancia química que motiva a explorar nuestro entorno; se activa cuando el cerebro está expuesto a nuevos estímulos. Por lo tanto, los cambios en el espacio pueden levantar tu estado de ánimo y crear una sensación de satisfacción. Modifica frecuentemente la disposición de los elementos.
De igual forma asegúrate de que tu espacio sea cómodo y te facilite moverte y alcanzar fácilmente las cosas. Para ello usa el mobiliario de oficina adecuado, como una silla ergonómica y un escritorio amplio y con una altura tal que te permita mantener tu espalda y tu cuello erguidos y apoyar tus antebrazos mientras trabajas en el computador. Un escritorio de altura ajustable es ideal para cambiar de posición y alternar entre trabajar sentado y de pie. Esta práctica favorece la circulación sanguínea y disminuye la sensación de cansancio que se produce por estar muchas horas sentado.
Lo que para algunos puede ser un simple espacio de trabajo, para otros es el escenario ideal para inspirarse. Asegúrate de considerar todas las recomendaciones de la neuroarquitectura en tu estación de trabajo en casa a fin de mejorar tus procesos cognitivos y emocionales y garantizar una experiencia satisfactoria y de bienestar laboral.
(*) Entrevista con Natalia Gómez: diseñadora industrial del ICESI Cali, con maestría de Diseño de Espacios en el IED Madrid y especialización en Neuroarquitectura en Stanford (online). Tiene más de 10 años en diseño de espacios, los últimos cuatro aplicando los principios de neuroarquitectura. Vive en constante aprendizaje sobre la disciplina.
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