La tecnología en la nube crea espacios de trabajo más sostenibles porque ayuda a reducir el consumo de energía, optimiza y ordena el espacio, y promueve el bienestar de los empleados.
Colocar contenedores de reciclaje, utilizar luces LED o cambiar vasos desechables de café por tazas reutilizables ya no es suficiente para crear espacios sostenibles.
Ante el deterioro del medioambiente, las organizaciones deben adoptar medidas más eficientes para que sus operaciones, en oficinas o en centros de producción, sean más sostenibles.
Para conseguirlo, se requieren soluciones que eviten el despilfarro de recursos. En este sentido, la tecnología en la nube ―el empleo de servidores externos para almacenar y transmitir datos― puede ser muy útil.
La tecnología en la nube crea espacios de trabajo más sostenibles pues corrige los efectos de prácticas que deterioran el medioambiente, como el aumento de la huella de carbono, el alto consumo de energía y el desperdicio en las operaciones.
La computación en la nube y las oficinas sostenibles
¿Por qué la computación en la nube crea espacios de trabajo más sostenibles? Entre otras cosas, porque desmaterializa las operaciones, reduce el consumo de energía y purifica el aire.
La nube como reemplazo del papel
La desmaterialización es uno de los aportes más evidentes de la computación en la nube. Esto es, el reemplazo de documentos en papel (que contienen carbono) por documentos virtuales almacenados en la nube.
Cuando una oficina moderna reduce su consumo de papel, disminuye su huella de carbono. Además, cuando se maneja menos volumen de papel, se mejora la organización de los espacios y la eficiencia del trabajo. También se ahorra tiempo y recursos.
Con los servicios de almacenamiento en la nube, documentos como informes, balances, contratos, etc., se pueden ver y modificar en línea. Esto elimina la necesidad de imprimir copias para varios empleados y optimiza los espacios de trabajo, pues ya no será necesario tener archivos en la oficina
Compartir recursos para reducir el consumo de energía
La tecnología en la nube permite controlar el consumo de energía. La empresa sueca de gestión inmobiliaria Stockrose, por ejemplo, convirtió sus propiedades en edificios inteligentes y sostenibles con el empleo de Microsoft Azure IoT, una plataforma para conectar dispositivos del internet de las cosas.
Con este servicio, y mediante el uso de sensores, la empresa puede controlar el consumo de energía y de agua caliente en sus inmuebles. Esta tecnología en la nube podría emplearse en las oficinas modernas.
Los centros de datos compartidos (otra de las tecnologías de computación en la nube) también podrían crear espacios más sostenibles.
Estos centros demandan alrededor del 1% de la energía que se consume en el mundo en un año, según datos del estudio Recalibrating global data center energy-use estimates, publicado en la revista Science en 2018.
Lo notable es que, aunque la actividad de estos centros se quintuplicó entre 2010 y 2018, su energía consumida apenas creció 6%.
Este crecimiento tan lento del consumo de energía en relación con el aumento de la potencia informática está asociado con la práctica de compartir recursos en la nube.
En efecto, numerosas empresas han cambiado sus centros de datos propios, que resultan costosos de mantener y ocupan espacio, por proveedores de servicios de computación en la nube, como Microsoft Azure, Amazon Web Services y Google Cloud.
La tecnología en la nube es más eficiente desde el punto de vista energético. Cuando las organizaciones comparten recursos y ejecutan sus servicios de TI en infraestructura en la nube se hacen más sostenibles.
Las empresas que migran a la nube pueden reducir su consumo de energía en 65%, de acuerdo con una investigación de Accenture.
La tecnología en la nube y el bienestar de los empleados
Con la computación en la nube se pueden crear espacios que contribuyan al bienestar de los empleados. Actualmente, el aire interior está hasta ocho veces más contaminado que el del exterior, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
La mala calidad del aire en las oficinas modernas puede causar problemas como dificultades para concentrarse, dolores de cabeza y cansancio. Un ejemplo de cómo la tecnología en la nube contribuye al bienestar de los trabajadores es la mejora de la calidad del aire.
Existen dispositivos para eliminar partículas ultrafinas de polvo, bacterias, alérgenos y malos olores, que pueden conectarse a la nube e identificar patrones de comportamiento de las personas para optimizar su funcionamiento.
Así, si la oficina está vacía, por ejemplo, no desperdicia energía filtrando el aire. También pueden ofrecer datos en tiempo real sobre la calidad del aire en las oficinas modernas.
Más aún, con espacios más sostenibles, las empresas pueden atraer y retener talento humano. Los millennials, que actualmente son la mayor fuerza laboral, prefieren trabajar en empresas ambientalmente responsables, de acuerdo con una encuesta citada en el portal Fast Company. Si se considera esta información, las empresas que migran a la nube (y por lo tanto son más ecológicas) pueden ser más atractivas para los empleados.
La tecnología en la nube también contribuye al bienestar de los empleados debido a que optimiza su trabajo y mejora la colaboración entre los equipos.
El 64% de las personas ha notado mayores rendimientos y rapidez en la ejecución de sus tareas por utilizar herramientas de colaboración basadas en la nube, de acuerdo con una encuesta de Forbes.
En conclusión, la tecnología en la nube puede crear espacios más sostenibles. Esto le permite a las empresas contribuir con el cuidado del planeta, al tiempo que obtienen beneficios económicos y una mejor reputación de cara a sus empleados actuales y potenciales, y al mercado en el que operan.
En alianza con Castleberry Media, nos comprometemos a cuidar nuestro planeta, por eso, este contenido es responsable con el medio ambiente.
